Siempre fui algo nervioso...Ahora te dicen que puedes ser hiperactivo...Antes eras un "trasto","un
bicho","Un nervioso" pero en realidad y,visto desde mi avanzado estado de descomposición, era un niño muy tímido que hacía todo muy rápido para pasar la menos
vergüenza posible en el menor tiempo posible.
Mirando con una perspectiva diferente(que en gran parte la
da la descomposición de la que antes hablaba y que soy unos centímetros más
alto sumando mas de 20 años a los que entonces tenía) no considero que fuera
ninguna de esas cosas que decían los mayores, sino un niño que quería hacer
muchas cosas y que tenia muy poco
tiempo(24 horas a veces no dan para hacer todo lo que quieres); por eso iba
corriendo a todos sitios, como si me hubieran puesto en el Colacao un par de
tripis o esteroides mezclados con anabolizantes(como ya tuvé que tomar durante
una temporada...pero eso ya es otra historia...).
Corría el año 1989 y disfrutaba de un campamento juvenil
(ALBURA) en el Escorial.
Siempre se me dió bien el deporte, posiblemente por lo que
he comentado antes, que siempre iba corriendo a todos sitios y aunque mis
"técnicas" nunca han sido buenas, las he suplido con una gran fuerza de voluntad
y ese chute de testosterona que me daban de vez en cuando(como si bebiera
del mismo caldero que Obelix).
Este superpoder de hacer todo en la mitad de tiempo tenía
sus ventajas…pero algún que otro inconveniente...y uno de ellos se produjo en el campeonato de natación de este
campamento. Mi gran error fue ponerme el bañador y no comprobar que el estado
del mismo era el optimo para afrontar una competición de tan alto nivel.
Tipica piscina de campamento juvenil
Lo siguiente que recuerdo tras escuchar el silbato y caer al
agua es que, después de haber recorrido media piscina, me notaba muy libre,
quizás demasiado... en una de las brazadas miré hacia abajo y me dí cuenta de
que el bañador ya no estaba (Consejo: Antes de tiraros a la piscina comprobad
que los cordones están bien apretados, a no ser que vayamos con los de
Tarzan).Fue una de las pocas veces en mi vida en la que me di cuenta "cual
era mi prioridad" y en la que no dude en "lo que tenia que
hacer",di la vuelta debajo del agua y volví a por el bañador, que por
suerte todavía no flotaba en el agua y por eso nadie se dió cuenta de mi gran error.
La gente, cuando me vio nadar en sentido contrario pensaría que iba de
sobrado..no sería yo quien les quitara esa idea de la cabeza.
Tarde 1 seg en volver a ponérmelo y continué con mi carrera.
Esos segundos me hicieron llegar 2º (os podéis imaginar de qué hablo cuando digo
que era un superpoder).
Por suerte la medalla hecha con un trozo de madera y con una
cuerda, no reflejaba el puesto en el que había quedado, aunque eso me dió igual
porque nunca considere la opción de vanagloriarme de haber ganado una medalla de ese
material, ni de usar la excusa del bañador.
La medalla conseguida.Creo que era de Roble.
Y una reflexión que me surge es: ¿Por qué cuando somos
pequeños en este tipo de competiciones damos la vida en ello como si fuesen el
campeonato del mundo y quedasen 30 sg para el final? ya sea a fútbol, a balón
prisionero, a fuga o al escondite inglés! Y lo que es más importante…¿Porqué se
empeñan en poner cuerdas en los bañadores
y no simplemente una gomita sujetatodo?.
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