lunes, 5 de marzo de 2012

Campeonato de natación



Siempre fui algo nervioso...Ahora te dicen que puedes ser hiperactivo...Antes eras un "trasto","un bicho","Un nervioso" pero en realidad y,visto desde mi avanzado estado de descomposición, era un niño muy tímido que hacía todo muy rápido para pasar la menos vergüenza posible en el menor tiempo posible.

Mirando con una perspectiva diferente(que en gran parte la da la descomposición de la que antes hablaba y que soy unos centímetros más alto sumando mas de 20 años a los que entonces tenía) no considero que fuera ninguna de esas cosas que decían los mayores, sino un niño que quería hacer muchas cosas y  que tenia muy poco tiempo(24 horas a veces no dan para hacer todo lo que quieres); por eso iba corriendo a todos sitios, como si me hubieran puesto en el Colacao un par de tripis o esteroides mezclados con anabolizantes(como ya tuvé que tomar durante una temporada...pero eso ya es otra historia...).

Corría el año 1989 y disfrutaba de un campamento juvenil (ALBURA) en el Escorial.
Siempre se me dió bien el deporte, posiblemente por lo que he comentado antes, que siempre iba corriendo a todos sitios y aunque mis "técnicas" nunca han sido buenas, las he suplido con una gran fuerza de voluntad y ese chute de testosterona que me daban de vez en cuando(como si bebiera del mismo caldero que Obelix).
Este superpoder de hacer todo en la mitad de tiempo tenía sus ventajas…pero algún que otro inconveniente...y uno de ellos se produjo en el campeonato de natación de este campamento. Mi gran error fue ponerme el bañador y no comprobar que el estado del mismo era el optimo para afrontar una competición de tan alto nivel.



                                        Tipica piscina de campamento juvenil


Lo siguiente que recuerdo tras escuchar el silbato y caer al agua es que, después de haber recorrido media piscina, me notaba muy libre, quizás demasiado... en una de las brazadas miré hacia abajo y me dí cuenta de que el bañador ya no estaba (Consejo: Antes de tiraros a la piscina comprobad que los cordones están bien apretados, a no ser que vayamos con los de Tarzan).Fue una de las pocas veces en mi vida en la que me di cuenta "cual era mi prioridad" y en la que no dude en "lo que tenia que hacer",di la vuelta debajo del agua y volví a por el bañador, que por suerte todavía no flotaba en el agua y por eso nadie se dió cuenta de mi gran error. La gente, cuando me vio nadar en sentido contrario pensaría que iba de sobrado..no sería yo quien les quitara esa idea de la cabeza.
Tarde 1 seg en volver a ponérmelo y continué con mi carrera. Esos segundos me hicieron llegar 2º (os podéis imaginar de qué hablo cuando digo que era un superpoder).

Por suerte la medalla hecha con un trozo de madera y con una cuerda, no reflejaba el puesto en el que había quedado, aunque eso me dió igual porque nunca considere la opción de vanagloriarme de haber ganado una medalla de ese material, ni de usar la excusa del bañador.




                                  La medalla conseguida.Creo que era de Roble.

Y una reflexión que me surge es: ¿Por qué cuando somos pequeños en este tipo de competiciones damos la vida en ello como si fuesen el campeonato del mundo y quedasen 30 sg para el final? ya sea a fútbol, a balón prisionero, a fuga o al escondite inglés! Y lo que es más importante…¿Porqué se empeñan en poner cuerdas en los bañadores  y no simplemente una gomita sujetatodo?.


No hay comentarios:

Publicar un comentario